Oh, pobrecillo

¡Hola mis amigos! Después de un par de arduas semanas de desequilibrio mental y emocional, he decidido volver a postear brevemente alguna cosa que desvíe la imaginación de mi misma y estoy orgullosa de informarles que lo he logrado, gracias a este simpático pequeñuelo, quien posiblemente será un futuro ganador del Oscar. Este es un pequeñito que a su temprana edad no desperdicia ni un minuto de precioso berrinche. Me gusta su manera de pensar: ¿para qué desperdiciar un berrinche cuando nadie te ve?
Este niño está sumamente padre, no sé si yo querría uno igual, pero definitivamente me hizo sonreir. Los bebés me parecen sumamente divertidos... jaja, sería padre tener uno y poder devolverlo cuando te harte. En fin, arriba la pastilla.

Ah, qué martes...

Hola, ¿como están? ... qué bueno. Como los martes me cansan y me producen una cantidad inconmesurable de fiaca, el día de hoy he decidido no postear nada que requiera una meditación previa, así que pasaremos directamente al ocio:
La amistad... ah! los amigos son una maravilla. Son aquellos que siempre están ahí cuando los necesitas, te abrazan cuando estás triste, te invitan la comida cuando no tienes varo y te dan ánimos para continuar cuando crees que ya no puedes más. Los mejores amigos son los que sólo esperan a que te quedes dormido o que te desmayes de ebrio para jugarte alguna simpática bromita. El siguiente vídeo me lo pasó un profesor y se me hizo sumamente cagado (el vídeo, no el profesor), aunque en realidad, a mí me parece que está editado; o sea, que es falso porque... bueno, es imposible. No obstante, está muy chido. Véanlo.